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Drogas y Sexo

BARBITÚRICOS E HIPNÓTICOS 

Son también depresores del sistema nervioso central: Inicialmente liberan la respuesta sexual de inhibiciones, pero en dosis mayores bloquean todas las conductas, entre ellas la sexual.


MARIHUANA 

Al igual que el alcohol, tiene efectos depresores y las consideraciones sobre sus efectos de relajación física y mental y el sentimiento de bienestar probablemente provengan del mismo tipo de desinhibición que la producida por el alcohol. Quizá por esto algunas personas hablan de la utilidad de la marihuana para enfrentarse a la ansiedad asociada a situaciones relacionadas con la conducta sexual. La desinhibición permite obviar los prejuicios sociales y los tabúes personales. Los efectos de expectativas y sugestionabilidad de quien la consume, lo mismo que el alcohol, pueden ser muy importantes. Un consumo persistente suele concluir con un desinterés por el sexo. En algunos casos se informa, en mujeres, de disminución de la lubricación vaginal, lo que en ocasiones hace el coito más doloroso. Entre los efectos a largo plazo, la mayoría de los autores están de acuerdo en que la marihuana:

-          Inhibe la producción de hormonas masculinas, en el mismo grado que lo hacen el alcohol o los opiáceos.

-          Se ha visto una reducción en la producción de esperma, a la vez que un mayor numero de espermatozoides anómalos.

-          Evidencia (procedente de experimentación animal), de que suprime la ovulación y facilita irregularidades en el ciclo menstrual, además de alteraciones hormonales, aunque parece reversible.

-          A dosis altas puede producir alteraciones graves en el embrión, retardo del desarrollo fetal y aumento de la probabilidad de aborto espontáneo. Atraviesa la barrera placentaria y es posible que de lugar a efectos en el feto no identificados aún.

-          En estudios de laboratorio, no centrados en la respuesta sexual, se ha encontrado que la marihuana reduce las sensaciones táctiles y alarga mucho el tiempo de los reflejos, lo que indica hasta que punto sus efectos fisiológicos pueden ser contrarios a los anteriormente señalados.


TABACO 

No está claro si el tabaco tiene efecto sobre el funcionamiento sexual. En algunos casos esporádicos se ha informado de jóvenes fumadores con problemas de erección y en los que el cese en la conducta de fumar produjo una rápida recuperación de su disfunción. La asociación entre tabaco y arteriosclerosis está bien establecida, y así mismo que ésta tiene efectos importantes de menoscabo de la respuesta de erección, por lo que a largo plazo los efectos del tabaco pueden estimarse como negativos. Uno de los aspectos que con frecuencia se constatan en la clínica es la queja de algunas personas de que el mal aliento (halitosis) de su pareja disminuye su libido o incluso llega a producir un cierto rechazo de la situación. 


HEROÍNA Y OPIÁCEOS 

Los efectos de los opiáceos parecen ser más importantes. En el hombre, alteraciones del interés sexual, retraso en la eyaculación y fracaso en la erección del Alteración en el interés sexual de la mujer. Estos problemas, pueden ser el reflejo de la debilidad, de la depresión y del estilo de vida caótico de muchos drogadictos, con incremento de infecciones, deficiente alimentación, etc. Las alteraciones hormonales también podrían actuar como un factor importante. Por ejemplo se ha encontrado niveles de testosterona en plasma reducidos en adictos en comparación a no adictos. Tanto heroína como morfina parecen generar múltiples trastornos sexuales. Algunos autores comentan como el propio efecto de la acción de heroína, que los adictos señalan que es mucho mas placentero, intenso y fácil de obtener que un orgasmo (muchos manifiestan que se experimenta una sensación como de una oleada de orgasmos de una sola vez), sustituye en los adictos a la propia respuesta sexual.


COCAÍNA 

Es quizá una de las sustancias que tiene más fama de ser capaz de aumentar la excitación y la respuesta sexual. Pero, si bien es cierto que se cita con frecuencia a la cocaína como un fuerte estimulante sexual, también se sabe que provoca disfunciones sexuales. En el trabajo citado anteriormente de Kolodny, se observó que el 17 % de los 168 cocainómanos de su muestra presentaba disfunciones eréctiles cuando consumía coca, y el 4% había padecido priapismo (erección mantenida y dolorosa} al menos una vez inmediatamente después de consumir coca. Otros autores confirman la aparición de disfunciones eréctiles en el hombre, así como un importante menoscabo en el interés e impotencia situacional. El que algunos consumidores utilicen y crean que frotar la punta del clítoris con coca aumenta la sensibilidad y excitación sexual de la mujer es sorprendente, dado el hecho de que la cocaína, en medicina, se usa como un potente anestésico local. Es evidente la importancia de las expectativas o sugestiones en este campo. La cocaína, en cuanto que estimula el sistema nervioso central, puede facilitar una transmisión más eficiente de los mensajes nerviosos. Sus efectos eufóricos pueden cambiar la percepción de uno mismo y de las propias experiencias o interacciones sexuales. Pero, por otra parte, tras los momentos de euforia aparece la caída a momentos de depresión. El uso prolongado de la cocaína puede producir un deterioro del sistema nervioso central que baste para disminuir el funcionamiento sexual.

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